miércoles, 23 de junio de 2010

Mundial en Antofagasta

Por Bunker





Miércoles 16 de Julio, hora: 7:30 AM, una ciudad paralizada por un evento mundial.


La selección de Chile, se medía contra el seleccionado de Honduras, para así recordarnos el gran juego que los llevó a luchar en el grupo H de la copa del mundo; Sudáfrica 2010.


Los televisores a todo volumen abolieron las calles con gente (esperando locomoción, para llegar a sus trabajos, y quienes llegaron a ellos, lo hicieron simplemente para disfrutar el partido sin el pensamiento de que después deberían salir a toda marcha)


Fuese como fuese, Antofagasta por noventa minutos, fue una ciudad sin vida; las calles desiertas damnificaban al poco frío que a esa hora era el único transeúnte.


Sin importar el horario del partido, muchos lo tomaron a su favor, y decidieron no dormir, y realizar la popular “previa”, otros se encomendaron al despertador -para no perderse ningún detalle desde temprano-, algunos dejaron a sus hijos en casa, hubieron quienes pidieron licencia medica, o simplemente se olvidaron del mundo, “y que después vengan las consecuencias”


El único lugar donde desde temprano llegó la marea roja, fue el Mall Plaza Antofagasta, ya que como novedad se implantó una pantalla gigante, y además Cine Mundo transmitiría en dos de sus salas el encuentro.


El árbitro Eddy Maillet, de las islas de Seychelles, dio el pitazo inicial, y los corazones de todos los chilenos fueron uno solo, apoyando a nuestros 11 jugadores en el terreno de juego.


Chile llegaba por medio de Sánchez, Islas, y Fernández, al pórtico hondureño, pero no lograba lo más importante; el gol.


Afuera la ciudad mostraba desolación, el sol se deslizaba por las aceras, pero su calor sólo era recibido por algunos ancianos, quienes no prescinden del deporte rey.


Quienes sí son gobernador por el balón, celebraron a los 34 minutos del primer tiempo, el que sería el único gol del encuentro, en los pies (o mejor dicho en el cuerpo) del delantero Jean Beausejour , después de un excelente desborde de Mauricio Isla.


Algarabía, emoción, jolgorio, locura, todas las emociones entremezcladas para ver algo que desde el mundial de 1962 no veíamos: Chile ganaba ¡por fin! Un partido mundialero.


Con el pitazo final, y tras sufrir hasta el hastío, las despobladas calles de nuestra ciudad, recibieron la marea roja, con sus gritos, bocinas en concierto, vuvuzelas, y ceacheies, bañando el centro de Antofagasta.


La fiesta continuó hasta las 10 de la mañana, para que todos volvieran a la realidad del trabajo, el estudio, o las responsabilidades diarias.


En suma: Chile ganó el primer duelo del grupo H, Antofagasta lo vivió con el corazón en las manos, la diferencia de horario no ha sido impedimento, ni escusa para seguir desde lejos a nuestra selección.


Es de esperarse que el próximo lunes a las 10:00 de la mañana frente a Suiza, se repita lo vivido, y podamos celebrar otro triunfo de la escuadra nacional, que nos sigue engrandeciendo. ¡Viva chile! ¡Viva Antofagasta!